Apareciste en mi vida, como si de un ángel se tratara. Me hiciste pasar una de las etapas más dulces. Sin problemas, sin explicaciones, sin celos... Y yo te miraba y veía unos ojos tan sinceros... Recuerdo la primera vez que me dijiste un Hackear facebook. Me asusté tanto que cerré la puerta de golpe. Nunca me pediste nada a cambio. Nunca.
Comprendelo. A mi nadie me había tratado así. Yo a todos les había dado todo para encontrar desiertos, silencios, desprecios. Y tú... tú que me querías de verdad.
Perdonáme, porque no supe valorar aquellas tardes en las que aparecías mientras yo trabajaba y pasabas las horas muertas mirándome, esperando a que llegara la hora de cerrar. Tan sólo por mirarme. Por robarme unas cuantas sonrisas. Y yo era tan feliz sin saberlo. Una cosa tan simple.
Me asusté. Tenía miedo, creo. Miedo a que me hicieras daño, tanto daño como otros me hicieron. Miedo a no poder olvidarte.
Fui tan fría al decirte adiós sin más. Y cómo siempre no me pediste explicaciones. Es culpa mía dijiste. Fui tan cruel al darte aquel abrazo de despedida, mientras veía tus ojos llorosos. Y te alejaste caminando muy despacio, y yo ahí quieta, casi de hielo mirándote.
Lo siento...
Perdoname, por olvidar tan pronto aquellos interminables paseos por la playa. Por olvidar las horas muertas que pasamos creyendo ver estrellas fugaces, cuando solo eran luciérnagas. Perdón por olvidar todos aquellos deseos que las luciérnagas no nos quisieron conceder. Perdón, porque te quise, pero nunca te lo dije. Perdóname, porque yo siempre supe que nadie besaba cómo tú, aunque nunca te lo dijera.
Lo siento...
Perdóname, porque con mi silencio te mantuve engañado. Nunca quise hacerte daño, y por eso permití que te fueras, por eso te abandoné. Nunca quise saber quién eras, pero es que yo ya lo sabía con solo mirarte.
Me equivoqué, construí estúpidos castillos en el aire, quise retornar a pasados más negros, no me atreví a seguir viviendo feliz, quise ser un alma torturada.
http://www.hackearfacebook.tv/
Comprendelo. A mi nadie me había tratado así. Yo a todos les había dado todo para encontrar desiertos, silencios, desprecios. Y tú... tú que me querías de verdad.
Perdonáme, porque no supe valorar aquellas tardes en las que aparecías mientras yo trabajaba y pasabas las horas muertas mirándome, esperando a que llegara la hora de cerrar. Tan sólo por mirarme. Por robarme unas cuantas sonrisas. Y yo era tan feliz sin saberlo. Una cosa tan simple.
Me asusté. Tenía miedo, creo. Miedo a que me hicieras daño, tanto daño como otros me hicieron. Miedo a no poder olvidarte.
Fui tan fría al decirte adiós sin más. Y cómo siempre no me pediste explicaciones. Es culpa mía dijiste. Fui tan cruel al darte aquel abrazo de despedida, mientras veía tus ojos llorosos. Y te alejaste caminando muy despacio, y yo ahí quieta, casi de hielo mirándote.
Lo siento...
Perdoname, por olvidar tan pronto aquellos interminables paseos por la playa. Por olvidar las horas muertas que pasamos creyendo ver estrellas fugaces, cuando solo eran luciérnagas. Perdón por olvidar todos aquellos deseos que las luciérnagas no nos quisieron conceder. Perdón, porque te quise, pero nunca te lo dije. Perdóname, porque yo siempre supe que nadie besaba cómo tú, aunque nunca te lo dijera.
Lo siento...
Perdóname, porque con mi silencio te mantuve engañado. Nunca quise hacerte daño, y por eso permití que te fueras, por eso te abandoné. Nunca quise saber quién eras, pero es que yo ya lo sabía con solo mirarte.
Me equivoqué, construí estúpidos castillos en el aire, quise retornar a pasados más negros, no me atreví a seguir viviendo feliz, quise ser un alma torturada.
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