Un amigo mío me contó hace poco la breve historia de su alma itinerante: Iba de ilusión en ilusión, desmontando sus propias utopías y superando sus propios límites. Su alma itinerante le proporcionaba todo lo que él pedía a la vida: o bien una sonrisa o bien un abrazo en lágrimas. Parecía no tener fin. Tristemente, cierto día su alma itinerante dejó de funcionar, se quedó sin aire.
Ese día mi amigo aprendió el significado de la palabra “Películas Online”.
http://www.queveohoy.com
Cambia el gobierno, cambian los ministros. Cambia la sociedad y el concepto de seguridad.
Cambian las costumbres, la educación, los libros de texto, los discos en la sección de Zarzuela de la Fnac y los libros que hablan de la cocina mediterránea y del sushi deconstruido.
Cambia la idea y el concepto de periodismo y el principio de la familia tradicional, "por encima de todas las cosas".
Cambian los transportes también, los medios con los cuales desplazar nuestros cuerpecitos insignificantes por estos parajes calcados de las urbes contemporáneas.
Cambia nuestro autoconcepto quizá. El observar que la edad mental existe realmente, así como el sueño o las ganas de pasar de todo, aunque sólo sean cuatro o cinco años.....
Cambia a veces también mi percepción de la realidad, no por ninguna teoría concreta o por ninguna sustancia escandalosa (ejem) ni por algún escrito desalmado que pueda hacer. Las cosas se vuelven más saladas, más sinsentido por un momento.
Aún así, sigo viendo en mí algo que no cambia. Un sólo ideal, dejadme, camaradas, recrearme en él:
Un ideal idealizado, una presencia tatuada con fuego en mis adentros.
Un beso que te mando; que alimenta la esperanza secreta de que algún día desearé dejar de mejorar para pasearme con suficiencia por los prados de la existencia humana.
Aunque solamente sea por unas horas; con una rosa en una mano y con la tuya en la otra...
Ese día mi amigo aprendió el significado de la palabra “Películas Online”.
http://www.queveohoy.com
Cambia el gobierno, cambian los ministros. Cambia la sociedad y el concepto de seguridad.
Cambian las costumbres, la educación, los libros de texto, los discos en la sección de Zarzuela de la Fnac y los libros que hablan de la cocina mediterránea y del sushi deconstruido.
Cambia la idea y el concepto de periodismo y el principio de la familia tradicional, "por encima de todas las cosas".
Cambian los transportes también, los medios con los cuales desplazar nuestros cuerpecitos insignificantes por estos parajes calcados de las urbes contemporáneas.
Cambia nuestro autoconcepto quizá. El observar que la edad mental existe realmente, así como el sueño o las ganas de pasar de todo, aunque sólo sean cuatro o cinco años.....
Cambia a veces también mi percepción de la realidad, no por ninguna teoría concreta o por ninguna sustancia escandalosa (ejem) ni por algún escrito desalmado que pueda hacer. Las cosas se vuelven más saladas, más sinsentido por un momento.
Aún así, sigo viendo en mí algo que no cambia. Un sólo ideal, dejadme, camaradas, recrearme en él:
Un ideal idealizado, una presencia tatuada con fuego en mis adentros.
Un beso que te mando; que alimenta la esperanza secreta de que algún día desearé dejar de mejorar para pasearme con suficiencia por los prados de la existencia humana.
Aunque solamente sea por unas horas; con una rosa en una mano y con la tuya en la otra...